Fumar hookah es una tradición secular que
se originó en el Oriente Medio. Es fumar tabaco de sabor con una pipa de agua,
lo que proporciona una agradable y relajante experiencia. Sin embargo, al
quemar el tabaco se crea una gran cantidad de toxinas y sustancias nocivas que
se inhalan con el humo. La combustión del tabaco crea más de 4.000 toxinas, de
las que al menos 69 se sabe que provocan cáncer.
Pero el verdadero problema de fumar un hookah o pipa de
agua es este: unos estudios recientes han averiguado que fumar un hookah
durante una hora es tan malo como fumar ¡100 cigarrillos de tabaco! Esto es
porque una sesión de shisha puede durar una hora o más, en la que se bombardean
a los pulmones con humo de manera constante. Y para empeorar las cosas, también
se cree que el humo del tabaco de shisha puede ser 36 veces más cancerígeno que
el del tabaco, contienen 15 veces más monóxido de carbono, y unos niveles altos
de plomo, níquel y arsénico. Los pen Shisha, por otro lado, eliminan
completamente estos problemas para la salud, ya que no se quema nada - se
vaporiza un líquido. No hay monóxido de carbono, alquitrán ni nicotina; ninguna
de las 4.000 toxinas que causan cáncer son producidas por un pen shisha.
Es la razón
por la que los e-hookahs se han vuelto tan populares. Además de ser cómodos de
llevar, no producen ninguno de los efectos negativos para la salud que acarrea
un narguile normal. El líquido con sabor de un pen hookah no se quema, por lo
que no produce ningún humo perjudicial. El líquido, seguro y limpio, se
calienta hasta el punto en el que se evapora, lo que te permite inhalar un
vapor espeso y con sabor.