lunes, 3 de abril de 2017

VIOLENCIA DE GENERO Y MALTRATO INFANTIL


Tema realizado por nuestra orientadora: (Walkiris A. Marizán Reyes)
Estamos acostumbrados a escuchar que los niños son también víctimas en los casos de violencia de género porque es muy difícil mantenerlos al margen de las discusiones y acaban enterándose de lo que ocurre en casa y sufriendo por el trato que reciben sus madres.
Sin embargo, la repercusión que tiene en los niños este tipo de violencia va mucho más allá del dolor que sienten como espectadores. En primer lugar, porque es imposible que un maltratador sea un buen padre. ¿Cómo alguien que no sabe gestionar su vida, sus conflictos de pareja, por ejemplo, va a ser capaz de gestionar los que inevitablemente tendrá como padre? ¿Cómo alguien que controla a su mujer, que la menosprecia o la agrede va a tener un comportamiento positivo con sus hijos o hijas? Lo más lógico es que repita las mismas formas de actuación con ellos, de manera que los niños y niñas no son solo espectadores, también se ven sometidos a esos mecanismos de control, a menosprecios frecuentes que limitan o impiden su desarrollo y en muchas ocasiones también a agresiones físicas.
Todo esto produce en los niños gran confusión emocional y les impide desarrollarse de manera adecuada. Se llenarán de sentimientos de culpa y vergüenza, tendrán baja autoestima, escasa capacidad para relacionarse con los demás y numerosas secuelas que determinarán en gran medida su futuro. Entre otras cosas, por ejemplo, haber crecido en este ambiente favorecerá que puedan verse involucrados en otros tipos de violencia.
Los niños no son solo espectadores en la violencia de género, son doblemente víctimas, con frecuencia las víctimas más indefensas pues ninguno de sus referentes vitales está en disposición de ejercer una parentalidad positiva.















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